Los accidentes de tránsito son la primera causa de mortalidad en España entre niños y jóvenes entre 15 y 29 años, por tal motivo son el principal grupo vulnerable del tráfico.
Sin embargo este no es el único grupo vulnerable ante los accidentes de tráfico, ya que las personas adultas también se ven seriamente comprometidos ante el volante.
De acuerdo con diferentes estudios, la mayoría de los accidentes con pérdidas lamentables ocurren durante la noche y la madrugada. Igualmente en las épocas vacacionales también suelen incrementarse los accidentes con pérdidas lamentables.
Los accidentes de tránsito son comunes, y si al conducir sumamos diversión y alcohol los resultados pueden ser catastróficos.
Jóvenes blanco fácil de accidentes en el tráfico
Hay una razón por la que los jóvenes pueden ser un grupo vulnerable ante los accidentes de tránsito, y es que al ser más despreocupados y no tomar la previsiones necesarias tras el volante, los accidentes pueden desencadenarse en cualquier momento.
Otro de los factores que puede jugar en contra de este grupo es la inexperiencia. Cuando conducimos, ser previsivo pero en especial contar con experiencia, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
La falta de experiencia puede ocasionar accidentes ya que al encontrarnos con un conductor imprudente o cualquier otro problema en la vía no saber cómo responder a tiempo puede terminar en accidente.
El sobreestimar la habilidad para sortear diferentes obstáculos en la vía y la imprudencia pueden convertirse en los enemigos número uno en la carretera.
La juventud es atrevida, y capaz de asumir riesgos innecesarios, las altas velocidades, el no respetar las señalizaciones, entre otros, pueden hacer que un chofer joven termine involucrado en un accidente de tráfico.
Adultos mayores en riesgo al conducir
Otro de los grupos vulnerables a la hora de conducir son las personas mayores. Si bien en este caso no se trata de imprudencia, o de conducir bajo los efectos del alcohol, hay situaciones en las que este grupo puede sentirse perdido, terminando así involucrados en accidentes viales.
Cuando se requiere una respuesta rápida, los reflejos pueden fallar, así mismo pueden demorarse un tiempo pensando en cuáles son las acciones pertinentes que deben tomar, o cuales serían las consecuencias de una mala decisión, por lo que en ese caso los accidentes pueden ocurrir antes de que el chofer logre tomar una acción.
Esto se debe a que las personas mayores pueden presentar pérdidas en sus capacidades psico-físicas, que son aquellas que involucran el movimiento del cuerpo y el pensamiento.
Pero no se trata de las únicas causas de accidentes viales en personas de avanzada edad, sino que además una disminución en las capacidades visuales, o de la audición pueden impactar de manera negativa en la forma de conducir, especialmente en vías principales o de alta velocidad.
Mientras que aquellos adultos mayores que deban tomar medicamentos podrían ser otro factor que ha venido a contribuir con estas estadísticas. Y es que algunos medicamentos pueden ocasionar efectos secundarios con los que también tienen que luchar. Pérdida de la concentración, temblores repentinos en las extremidades, mareos, entre otros se presentan como agentes de riesgo para los adultos mayores a la hora de conducir.
Por otra parte, los adultos mayores no solo pueden ser víctimas de accidentes de tráfico cuando están tras el volante, ya que como peatones también pueden verse involucrados en accidentes de tráfico.
Esto puede deberse a la lentitud con la que caminan, problemas para diferenciar la velocidad con la que viaja un coche, e incluso desorientación. Al estar desorientados, los adultos mayores pueden dejarse ganar la batalla por los nervios y actuar de manera errática, convirtiéndose así en blanco fácil de accidentes viales.
En tal sentido es importante que los niños podrían presentar las mismas dificultades al momento de ser transeúntes. Aun cuando los sentidos de los más pequeños pueden ser bastante agudos, este grupo puede ser vulnerable ya que no están en la capacidad de discernir los diferentes riesgos a los que se enfrentan cuando caminan cerca de vías transitadas.